Ecos

Yo te busqué, pero no sabía nada. Tenía intenciones de decírtelo. Pregunté por tu vida, si amabas a alguien o si eras amado, no quería nada en especial, sólo satisfacer la curiosidad de mi ego.

Me puse a pensar muchas cosas, mías y tuyas, y la verdad que al principio no eras nada, y tu cara era fácilmente reemplazable. Sentí la soledad y te sentí, siempre odié la expresión hasta que entendí de donde venía.

Me ví en una encrucijada, nunca pensé que era para tanto. Dijiste tantas cosas con tanta liviandad que jamás me imaginé en lo que me estaba metiendo. Me enrosqué en mi misma y no me importó mas nada, aunque sucumbí ante la culpa.

Ahora te necesito, estoy muy ansiosa por verte, aunque no a vos precisamente. Sólo cualquiera que pueda estar en tu lugar, es todo lo que quiero. Mi reflejo me nubla y mi ego se hunde en la profundidad del encuentro.

Nunca pensé que me importaría y acá estoy, pensando en todo, pensando en mi. Y llego a la conclusión de que es todo una farsa, que nada hay entre nosotros, que nunca vas a venir y a mi no me interesa verte.

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